· Lo que sueñan mis sueños a veces lo embarran mis ganas... ·

Y me encuentro de nuevo con mis ganas de escribir.
Con mis ganas de decir, y que las palabras se me escapen de las manos.

Buscando un sin fin de excusas estúpidas para no llamar a esto de la manera que sé, se llama.
Sabiendo también que el día de mañana va a salir a correr, gritando lo que significa.


Escudandome en un montón de personajes porque no soy capaz de definir algo que sé, ya se define solo.

Y es tan obvio lo que siento... Y odio tanto las obviedades.

Todavía no sé qué espero para decirme a mi mismo "es esto".
Quizás esté aguardando por un milagro... Por algo que me golpee en la espalda y me haga dar cuenta de que me equivoqué...
Que me equivoqué por sentir lo más seguro que haya sentido en mi vida.

Quizás todavía esté esperando que alguien me palmee el hombro y me despierte de este sueño que se hizo desde una pesadilla.

Fue encontrar respuestas en donde no había preguntado nada.
Fue encontrar luz, donde yo sólo quería oscuridad.
Fue pintar del color más lindo, algo que me había encargado de no ponerle colores.

Y no sé cómo se sale de esto, porque ni siquiera sé cómo entré.
Uno no tiene un remedio si no sabe de qué está enfermo.
¿Cómo hacer para encontrar la salida de algo que no sabés siquiera dónde está la entrada?

Me siento ahogado. Casi sin poder respirar...
Abajo del agua. En el medio del fuego.
En caida libre...
Y me gusta tanto...

Saber que no lo puedo controlar, que me sale de donde ni yo sé, podría salir.
Que me nace, que se hace letras sin siquiera darme cuenta de lo que digo.
Que no lo puedo predecir, que jamás pude.

Y todavía no sé si realmente quiero salir de esto...

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Donde dice “hasta el cielo”, debiera decir “no me alcanza”.
Cuando digo “te espero”, que conste, te pido revancha.
Donde dice “certezas”, debería decir “disparates”.
Debiera decir “flor de idiota” si juro “jamases”.
Donde fui un mamarracho debería haber sido una sombra.
Cuando era más joven debiera haber sido más cosas.

Donde digo “hasta siempre”, debería decir “ya veremos”.
Cuando muero por vos, debería morirme de viejo...

Porque a veces me escucho
y hay veces que me doy la espalda.
Y es por eso que pongo en la mesa esta fe de erratas, de mi corazón...

Debiera decir “cobardía”, donde digo “por las dudas”.
Cuando soy un cretino, debiera serlo sin mayúsculas.
Cuando pido “socorro”, debería decir “no me quejo”.
Donde empiezan tus piernas, debieran quedarse mis besos.

Cuando juego a perderte, debería perder sin excusas.
Debería decir “¿para qué?”, cuando digo “me sobra”.

Donde pido “olvidame”, debería aclarar “no es urgente”.
Cuando digo “futuro”, debiera avisar “no me corras”...

Lo que sueñan mis sueños
a veces lo embarran mis ganas...
Y es por eso que pongo en la mesa esta fe de erratas... De mi corazón...

Porque a veces me escucho
y hay veces que me doy la espalda...
Y es por eso que pongo en la mesa esta fe de erratas.

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