· Un poco de todo. Y todo de él. ·

Pensaba qué era eso que yo daba y no pedía a cambio.
Creo que todos siempre damos "algo" y esperamos al menos la cuarta parte de eso.
Yo siento que podría dar siempre muestras de afecto y podría vivir sin recibir ninguna.

Hoy tenía ganas de nuevo de escribirle a Na. Y él sí me ha escrito una que otra vez, pero fueron más las veces que yo lo hice con él.
Y en ese caso no espero que cada vez que le escribo algo él lo haga.
También pensaba en mi aniversario de casada. Cuando a Cristian le hice 12 regalos, uno por cada mes. Etc, etc. Yo no esperé que él me diera algo así.

En este momento estamos pasando por una etapa de la relación con Na donde todo parece avanzar muy rápido, y al menos a mi, no me deja tiempo para pensar.
Siento que estoy siendo por demás de demostrativa, cuando en realidad a él siempre le mostré otra cosa.
Por un lado soy demostrativa por todo aquello que no lo fui. Y al mismo tiempo pienso que él nunca tuvo toda esa demostración ¿Qué pasa si le molesta?.
Una vez, recuerdo que le dije "No tenés idea de lo que puedo llegar a ser como novia", y él me dijo que no le importaba, que le iba a gustar igual. Espero que eso siga en pie.

Pero volviendo a las demostraciones... Creo que siempre quise dar más de lo que recibí, pero por motivos distintos cada vez, no pude hacerlo.
Verguenza, el "qué dirán", el quedar como una boluda, o simplemente no tener ganas a la exposición de mis sentimientos.
Pero siempre por alguna cosa u otra terminaba comiendome mi sentir.

Ahora siento que no es así.
Por primera vez estoy al lado de una persona que me puede decir lo que quiera, sea bueno o malo, y yo no voy a hacer más que escucharlo, o enojarme, pero no pelearnos.
A su vez, puedo decirle lo que sea, y él siempre me va a escuchar y dar dos mil y una explicaciones.

Mi afán de creer que él me es infiel, es, sin duda, porque no creo en la posibilidad de que alguien tan perfecto esté sólo para mi, y conmigo.
Y él seguro va a leer esto y se va a reir, porque no se considera perfecto.
Pero sí. Es lo más lindo.
Podría enumerar a todos los que estuvieron conmigo, y sin duda, eso que a aquellos les faltaba, él lo tiene.
Y quizás, eso que aquellos tenian él también lo tenga.
Y aún así, me gusta todo, me disgustan algunas cosas, y lo sigo considerando hermoso. Perfecto para mi.

Dejé pasar un montón de tiempo. Soy muy boluda.
Estoy feliz de estar con él, conformar una familia con dos hijos hermosos, pero si hubieramos estado antes... Llevariamos una excelente vida de concubinato sin "responsabilidades" extras a nuestras vidas y seriamos... pf... Felicicimos.
Y hoy lo somos. Sin duda.
Cada día que pasa siento que estamos más calmos con nosotros mismos. Que podemos llegar a un mejor dialogo con nuestro hijo mayor. Tener un mejor acuerdo.
Que tanto él como nosotros manejamos un mismo lenguaje y que las cosas no tienen que ser siempre gritos, enojos.
Cada día que pasa vemos crecer más a nuestra hija y parecerse más a nosotros.
La vemos compartir nuestros mambos y respetar de una manera excelente nuestros tiempos.
Me veo cada día más madura. Porque el cambio para mi parte de horas, minutos, días, hasta que se hacen meses o años.

Más madura con mi relación con él. Por cada planteo estúpido que le hago, se me caen 5 razonamientos lógicos de porqué no tengo que hacer semejante desplante.

Y siento que camino sobre nubes de algodón y necesito crear una atmosfera de susto. De miedo. De peligro. Pero simplemente porque no soporto ser tan feliz o creer que esto va a durar demasiado.
Tengo que hacer girar mi cabeza siempre por el lugar menos deseado.
Y quiero dejar de hacer eso. Porque mi tiempo es ya.
Porque no tengo idea qué pueda pasar mañana. Ni de lo bueno, ni de lo malo, entonces ¿Qué hago que no disfruto lo lindo de hoy?. ¿Cuándo sino?.

Me enamoré. Muy lindo. Y hoy puedo decir que es Na, mi último hombre. Que si la vida nos encuentra separados, siempre voy a amarlo a él. Para toda mi vida.
Me haré lesbiana, no sé. Pero que otro hombre no me va a amar así, y que yo no voy a amar a otro, eso seguro. No quiero. Sólo él.
Soy tan feliz amandote...
Y como te pregunté el otro día: ¿Querés que te ame para toda la vida?.-
Vos me dijiste "Sí". Así que... Tus deseos, son ordenes, mi amor.

Feliz, y con vos.

· "Del polvo venimos..." ·

Después de ir al cementerio de Flores.

Si de ser sentimental, religioso y filosofo se trata:
Una vez más la máxima expresión de frivolidad y la muerte en persona tocó a mi puerta.
Ahora le tocaba al abuelo de mi mejor amiga.
En un año donde no hace más que pasarme por al lado llevandose a quien tenga cerca, no podía dar media vuelta y retirarse. Tenía que arrastrar a alguien más.

Si de ser frío y escéptico se trata:
No podía entender cómo entraban tantas personas a ver a quienes ya no estaban ahí.
Ni ahí ni en ningún lado.
Esta y otras muertes recientes me sorprenden de igual manera.
Tierras repletas de seres... muertos.
Tierras bañadas de flores... De estatuas que decoran la definición exacta de "Vacío".
Caminar con cuidado para no pisar ¿Qué?. Huesos. Gusanos. Hormigas. Gente que supo quedarse quieta "de por vida" y boquiabiertos.

Si de ser amiga, hermana y persona que utiliza sus mambos para hacer palabras "cosas" se trata:
Fue cruel cómo ella ponía la mano sobre un cajón cerrado con su abuelo adentro.
Ver cómo no sacaba la mano... Y sentir esa sensación... Esa certeza de que faltaba muy poco para ya no volver a ver ni siquiera a ese cajón.
Cruel saber que esa persona que antes estaba sentado en una mesa tomando algo hoy estaba tieso con un traje de madera.
Cruel saber que esa persona a la que alguna vez le viste los ojos con lágrimas hoy los tenía pegados.
Cruel saber que a esa persona a la que le encantaba la libertad, el aire, hoy estaba encerrado sin poder siquiera ¿Respirar?.
Cruel la espera de un sacerdote y a la vez cruel los minutos que no paran y te acortan tu encuentro con él.
Cruel la seremonia. Las acotaciones de "cementerio". Las palabras de aliento que están repletas de frases sacadas de alguna página de Internet.
Cruel estar al borde de un pozo esperando ser ahí el último lugar en donde vas a verlo.
Cruel la pregunta de "¿Quieren tirar un poco de tierra para despedirse?".
Cruel el momento en el que escuchás los latidos de las piedras sobre el cajón. Cruel saber que son los últimos que le vas a escuchar.
Cruel las palabras de aliento en un momento donde vos te querés poner a escuchar un poco del silencio que está escuchando él.
Cruel el ritual estúpido manejado por el cura, el que maneja el auto y los que hacen el pozo.
Cruel que en el momento en el que uno cree, el sacerdote
lo libera de sus pecados, no hace más que leer mal apenas 25 líneas.

Cruel ella que no observa lo que se opera a su al rededor por querer absorber un poco de su soledad.
Cruel yo por creer que acompaño un momento en el que no hay nada ni nadie a quien acompañar.
Cruel él por no aguantar más.
Cruel la muerte por ser tan definitiva. Cruel la vida por no ser eterna.

Los pasos sobre las piedras. Las manos sobre el cajón.
Las manos agarrando esa manija fría que arrastra un cuerpo sin vida.
Las palabras. Los silencios. Las lágrinas.
El conformismo. El optimismo más cercano. El pesimismo más próximo.
El adiós. El hasta luego.
Las imagenes. Las flores. Los olores. Los rayos de sol.
El auto. El cajón. Los recordatorios. Las anécdotas.
Los planes futuros. Los trámites.
La preocupación. El desconcierto.
La pregunta, la respuesta.
Todo en... ¿Dos horas?.

Mi: No podía no estar.
No podía perderme un momento que iba a guardar en la cabeza para siempre.
No podía no ir a abrazarte cuando tu abrazo en un momento así en mi vida lo tuve.

No sé lo que sentís.
Sólo sé lo que sentí. Lo que siento. Y en mi trabajo excesivo, solícito y congojoso de ser escéptica en ese tipo de cosas te digo que nunca pierdas esa posibilidad de creer realmente que "él no está acá, en el cajón, sino entre nosotros", como le decías a tu abuela.

Algo en lo que todavía creo es que las personas sí tienen vida eterna porque nos encargamos, los que todavía tenemos oxígeno de recordarlos.
Nunca lo mates en vos. Es la mejor forma de mantenerlo con vida.

Quererte es poco.