* Pretenciones *

Estoy grande…

Me estoy volviendo grande, la puta madre. Y nadie es capaz de aviármelo.

El destino, la suerte, Dios o quien sea que esté a cargo de éstos asuntos, no fue capaz de mandarme siquiera una carta. Un documento sellado, en donde dijera que estaba por convertirme en esto.

Y lo que es peor, y no tengo quien me asesore, es que me siento así desde años.

Llevo años sintiéndome grande. GRANDE.
GRANDE que significa: CANSADA, HARTA, PODRIDA, HINCHADA LAS BOLAS, etc. Etc.

Veía a violeta Lo Re descalificando a otras chicas.
Violeta Lo Re, una de las “ex” de Ricardo Fort. Violeta, la que dijo “La apocalipsis” en tono de fastidio y misterio.
La misma que para definir las cosas extiende las palabras como si esto fuera la carta de presentación del buen hablar.
Algo así como; en vez de referirse al término “ortografiar” lo hace diciendo “ortografiense”. Una Mariano Grondona sin la parte en donde explica que las palabras vienen de Grecia, etc. (Aunque no sé si eso fue así, o me alimentó una vez más el Gran Marcelo Tinelli).

Y le comente a Nacho, quien la definió como “Pretenciosa”.
¡Sí!- Dije sin dudarlo. Estaba siendo pretenciosa.

Violeta Lo Re y yo.

Pretensiosa es lo que soy.

Pretendo algo, y que ese algo se haga ASI, mientras pretendo algo más.

Lo hago con ellos, pero lo que es más difícil, lo hago conmigo.

No me permito disfrutarlos, y lo que es peor, no me permito disfrutarme.

Terminé perdiendo más que “segundos de mi vida en hacer NADA”. Perdí la manera de disfrutar de mi ocio.

Perdí la simpleza. La facilidad.

O lo que es peor… Jamás lo tuve.

Prediqué por muchísimo tiempo una religión que no profesaba.

Me creí distinta. Les hice creer a todos que era lo que en realidad, quería ser.

Y ahora ya está. Ya estoy.

Con todas esas cosas que busqué, queriendo pretender ser algo que no era.

Nuestra vida, simbólicamente hablando, son caminos.

Caminos oscuros, de por sí. Pero que tiene algunas partes con postes en donde cuelgan algunas lámparas.

También hay flashes de luz. Así como estrella fugaces, que aparecen, te iluminan, pero después vuelven a desaparecer.

Y hay otras, para mí las más bonitas, y son luces que aparecen por ahí. Y jamás ves de dónde viene ni a dónde va. Pero te deja esa línea iluminada… Como una línea blanca que cruza un fondo negro.

Me estoy volviendo grande… Y como grande tengo que enfrentarlo.

Las cosas son más fácil de lo que las hago.

Tengo que dejarme alimentar por quien aparezca. Tengo que alimentar a quien aparezca.

Y tengo que cargar mis energías en ellos. Quienes tienen que poder cargar sus energías en mí.

Miedo

A veces creo que tenemos que dejar de caretearla.
Tendriamos que poder tener un momento para nosotros y confezar algunas cosas.

Tendriamos que perder todo tipo de "moral" o "ética" y tomar el real sentido de las palabras sin herir suceptibilidades y separando ésto de todo sentimiento.
Tendriamos que poder pararnos en un lugar poco cómodo, quizás, gracias a nuestras extructuras, y decir lo que realmente pensamos.
Lo que nuestra más potente racionalidad nos permite pensar.
Eso que está ahí... Que pulula pero que tapamos con una alfombra gigante.
Eso que barremos abajo de la alfombra para no hacer una terrible mugre.
Para no hacer barro... Polvo...

Tendriamos que dejarnos admitir que no todo es tan tremendo ni aún después de la frialdad.

Tendriamos que permitirnos la sinceridad... En su máxima expresión.



Malditos cagones.