Sarasa

Me encontré estúpida frente a una pantalla.
Sin emitir sonido.
Pensando.
Dejando que salieran de mi cerebro destellos de luces con palabras hacia ningún lado. Hacia nadie. Porque no tenian sonido las muy idiotas.
Eran luces. Que encima tampoco salian más allá de el cuero cabelludo.

Antes al menos escribía...
Ahora me siento... Empiezan a tamborilear mis dedos hasta que mi vista se percata de que estoy diciendo pelotudeces y es ahí cuando dejo de tipear... [Post Anterior]

Me encuentro perdida.
¿Cómo hago? ¿Cómo se encuentra algo que está perdido? Yo sola.
Es insólito.
Es inaudito. Hasta una falta de respeto, diría.
Pero bueno, me cagué en las formas y me encontré perdida.

Y me vi, y me veo, y no hago más que pasar.
Que cumplir minutos, horas, días, semanas, meses... Y así convertirse en años.
Y ahora pasó uno... Imaginate cuando pasen 5. No te vas a dar cuenta.
Peinás canas y no sos consciente de que realmente la edad ya la tenés encima.

Y que con vos, también crecen vidas. Vidas que dependen de esas luces estúpidas que te salen del cerebro.
¡Pero que no pueden ser estúpidas! ¡No podés dejarle estupideces a otras personas!
Tu paso por este mundo tiene que dejar algo más que tu mierda, tu rencor, tu enojo y tu reproche.
El mundo se merece que todos, cada uno que pase por acá, que pise este suelo, le deje ALGO y BUENO.

Y creo que ahí se reduce gran parte de la sabudiría humana.

Te va a llevar años... Y quizás cuantos más, mejor.
Significa que todavía estás a tiempo.

A veces la vida se cansa y se va. Como vino. Sin avisar. Pero ahí todavía no llegué.
Es difícil entender a veces porque la vida se acaba cuando apenas estás aprendiendo a caminar...

Entonces llego a la conclusión de que el hecho de que estemos acá es casual pero que después de procrear, alimentar, cuidar, abastecer, tenemos la obligación moral, si se quiere, de aportar.
Aportar al universo.

Igual no dejo de creer que estoy pirada.



Pensamiento corto.

"Ah, entonces soy uno más".
- Todos somos uno más... - respondió.

Era hermosa la idea aquella de que todos somos únicos.
Más acá, era una realidad.
No van a existir nunca dos personas iguales.
Pero Sofía también pensaba que, aún siendo únicos, eramos más de lo mismo. Un todo. Y todos hacia el mismo lado.