Por un instante los vi a todos... Como en una gran habitación.
A los que estuvieron, a los que se quedaron.
A los que tocaron y se fueron... A los que quisieron quedarse un rato para ver de qué se trataba.
Altos, bajos. Morochos, rubios. Gordos, flacos.
Hipócritas, patéticos. Mentirosos, manipuladores.
Sentimentales, cursis, fríos, calculadores.
Creativos, originales. Materialistas.
De varias religiones, con varidadas costumbres.
Y al lado de nadie me vi.
Con nadie me encontré.
Con todos me crucé, pero con nadie me quedé. Con nadie me uní.
De ninguno aprendí.
A ninguno le di algo, y nada me dejaron.
Me reconocí... Sola... Lejos...
Inventando un nuevo concepto... Una nueva idea...
Un nuevo vocabulario... Un abecedario distinto.
Y seguramente no sea para nadie más que para mi misma...
·Una cuerda es una bala,
el amor un ejercicio.
Una iglesia es como un circo.
No, es que yo no quiero más nadar en piletas.
Quiero vivir aqui, más quiero cambiar...
Cambiar para sentirme vivo.
Y te dare una flor, antes que un Decadron.
Oh mi amor, estoy tranquilo pero herido·
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