* A Aquél Señor *

No sé cuánto habrá pasado…
desde cuándo te leía… Nunca quise darme cuenta que no era idea mía…

Hoy no es que rompa cadenas… Sólo me doy por vencido…
Y te perdono por todo. Por venir y haberte ido.
Si la pena se supera a mi me importa muy poco.
No esperaba que así fuera, mi amor. Si aún sueño que te toco.

No sé de un tiempo a esa parte no entiendo cómo pude desarmarme.
Me sobraron tantas cosas que no pude darte a tiempo.
O tal vez nunca exististe… Fuiste mi mejor invento.

Hoy mis ojos no te ven. Hoy mi boca no te nombra.
Nadie sabe qué me hiciste, mi amor. Sólo mi cuerpo y tu sombra.

No sé de un tiempo a ésa parte… No entiendo cómo pude desarmarme.

Yo no sé de un tiempo a ésta parte como pude desarmarme o cómo terminó.

No sé si el error va a ser mío… O quizás hubiera sido tuyo.

Tampoco sé si hay error en esto. Sé que hay tiempo.

Hay mucho tiempo llevado en ésta misma cuestión.
Tiempo en el que no hice, ni hiciste nada.
Pero no quiero hablar por vos… Ni siquiera esto vas a leer.

Escribo para mi. Y para quienes quieran leerme.
Y hablo de mi… Y de lo que tengo adentro.

Hoy me quedo… Con lo mío. Con lo que conseguí… Con lo que me gané. Y te dejo ir. Te dejo ir para siempre.

Las pocas ganas que tenía de vos, terminan yéndose hoy.

Ese ápice de esperanza de cruzarte por casualidad termina de acabarse. Acabó de terminar.

Me gustaba la tonta idea de que pudieras conocer sus ojos.
Me hace sonreír saber que podrías haber tenido sus miradas… Y que en algún rincón, serían también como la tuya.

Y hoy soy yo quien decide que prescindas de ellas.
Simplemente digo que ni en el pensamiento voy a llevar esa asignatura.

Si algún día me recordás y te pica la curiosidad, quizás la vida te traiga hasta a mí. Y yo te voy a recibir.
Pero no voy a dejar que me recibas, porque aunque te recuerde no voy a tener la curiosidad como para que la vida me lleve hasta a vos.

Quizás deba pedirte disculpas.
Disculpas por negarte mi paraíso que sin duda lograría darte más felicidad de la que ya tenés.

Disculpas por no insistir con tu búsqueda y así, sacarte parte de tu sangre.

Pero una parte de mi, que no puede evitar juzgarte me pregunta: ¿Y él no podría ver una de todas éstas cosas, siendo un tipo más grande?.

Y me respondo… Defendiéndote.
La edad no es parámetro de nada. Y él podría estar sintiendo igual que vos. Hasta quizás él lo haya sentido antes.

Papá.
A donde estés, con quien estés, ojalá tengas lo que merecés.
Así como yo, a donde estoy, con quien estoy tengo lo que merezco.

Hoy te archivo. Va a quedar una carpetita con tu nombre. Nombre que quizás hasta sea falso. Pero vas a estar ahí.
Mi interés por releerte se perdió. Pero si un día te topás conmigo, no pienses que te vas a encontrar con dolor o rencor.
Si un día me cruzás, te vas a dar cuenta que simplemente voy a tenerte una bienvenida.

Y gracias… Porque gracias a tu ausencia aprendí muchas cosas.

20 de noviembre de 2011

No hay comentarios:

Publicar un comentario