"Ah, entonces soy uno más".
- Todos somos uno más... - respondió.
Era hermosa la idea aquella de que todos somos únicos.
Más acá, era una realidad.
No van a existir nunca dos personas iguales.
Pero Sofía también pensaba que, aún siendo únicos, eramos más de lo mismo. Un todo. Y todos hacia el mismo lado.
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