· Sólo el hombre que nada espera es verdaderamente libre ·

Muchos pensamientos. Pocas palabras.
Grandes conceptos, pequeñas definiciones.
Muchas personas, un solo objetivo.
Varias vivencias, escasas enseñanzas.

Y otra vez reina esa tranquilidad que pude otorgar una vez, brotando de mi misma.
Que perdí quién sabe porqué. Y espectante...
Esperando a ver qué más me puede sorprender...
Estudiando y viendo cada vez más la conducta humana, y tratando de justificarla.
Tratando de jusfiticarlos... Tratando de justificarte.
Pero con un solo fin... Entender.

Entender porqué. Para qué.
Cómo. Cuándo.
Dónde.

Conocer si es que hay realmente motivo para tal o cual cosa. Ver qué es inconsciente y ver qué se hace con pleno uso de los sentidos y facultades.

Transitando... Dejando que suceda. Dejando que sean.
Sin condicionar, sin censurar. Sin filtro. Sólo aquél y yo.
Sólo vos y yo.
Frente a frente, mirandonos a los ojos, diciendo lo que se nos ocurra.
Escuchandote, prestandote atención, analizandote y sólo para mi, sin darte un juicio al respecto.

Dejando de hacer las cosas por y para los demás... Sino más bien, haciendo lo que mejor me parece. Lo que tengo ganas en ese momento.

Sin proyectar acerca de los demás... Sólo proyectandome en mi misma.
Sin ver un futuro en aquella persona, sólo pudiendo divisar el mío, y mi deseo al respecto.

Tratando de conocerlos, a todos. Y a la vez, conociendome.
Haciendome más humana a través de la humanidad ajena.

Diciendo aquello que la gente quiere escuchar. Opinando de la manera en la que preferirian, no opine.
Manejando unicamente mi tiempo. Y reaccionando acorde unicamente a mis pretenciones.

Sin esperar recibir ni un ápice de comprensión del otro.
Viendo sólo seres neutros a mi al rededor.
Respetando a todos y cada uno...
Y respetando esta elección. Esta carencia voluntaria de compañía.


La Indómita Luz Se Hizo Carne En Mi... Y Lo Deje Todo Por Esta Soledad...

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