· Prestate a sentir pa' que entiendas lo que realmente pesa ·

En el último tiempo escuché la palabra "Juego" o "Estrategia" infinidad de veces.
Varias veces las usé para definir la actitud del otro... Pero lo más loco es que también las usaron para definir las mías.
Eso es lo que me hace detener a pensar realmente el significado de "Juego".
Si otro ve que yo tengo esa actitud, por algo será ¿No?.
No digo que esté en lo cierto, pero ¿Qué vio en mi para definirme como "jugadora"?.
Y mil cosas me dan vueltas por la cabeza y me hacen caer en que quizá sea por mi manera de ser.
Por mi forma de proceder.
Pero también, hay algo que creo que se está devaluando (como tantas otras cosas) y es el significado de "Pensar".

Mucha gente que me rodea más de una vez me ha dicho
"Vos pensás demasiado".
A lo que siempre respondí "Siempre pienso mucho todo".
De más está aclarar que esta no es una condición de un
Ser inteligente, sino más bien de una necesidad de pensar todo mil veces, así se piense mal. Así no se sepa cómo pensarlo.

Pero de un tiempo a esta parte, miren qué paradójico...
Pensé en eso de pensar. Valga la redundancia.
Y terminé dandome cuenta que en realidad, pienso poco. Sólo dejo que suceda.
Sólo dejo pasar el tiempo para luego arrepentirme ¿De qué? De todo.
Y quizás ni arrepentimiento llegue a ser, sino más bien ganas de renegar de mi condición.
Condición que busqué.
Renegar de aquél, aquél con el que no me cansé de buscar dialogo.
Renegar de ésto, ésto a lo que yo misma aspiré.

Noté que muchas veces en la vida, no son más bien las veces que pensé... Sino las veces que analicé el producto terminado.
Mientras algunos, muy inteligentes, lo hacen en el camino... Yo me encargo de dejar que suceda, porque como diría Ciro "Es más fácil así", y luego, cuando termina, cuando se acaba, cuando se da vuelta de página, antes de ésto, lo analizo.

Y al mismo tiempo me pongo a pensar en cuánto es realmente lo que me molesta.
Y llego a la conclusión de que nada llegó a molestarme tanto. Simplemente, busco que me moleste para tener mi entretenimiento ocupado.
Porque sí, me entretengo así.
¿Cómo?. No entendiendo las actitudes del otro.

Yo, quien lleva la bandera de "aceptar", de no tanto "compartir" y de, de vez en cuando, "entender", soy quien se desvive cada paso que da... Por comprender al otro.
¿Por qué? Porque me sale así. ¿Para qué?. Para fundamentar, quizás, su manera de ser.


Y todo esto me lleva a una única idea final: admitir.-
¿Sirve de algo negarnos a nosotros mismos lo que pretendemos?.
Así sea eso lo más loco del Universo. Así sea el capricho más estúpido, o la necesidad más innecesaria. ¿De qué sirve ignorarla?. ¿De qué sirve decir "yo no"?.


Ayer vi "La isla flotante" de Fernando Peña, el capitulo en el que Sabino "cuenta su vida".
Creo que hace años no lloraba tanto.
No porque Peña ya no esté, considero que él está todo el tiempo en cada mp3, en cada video. En cada nota de revista, programa de TV. O simplemente cuando lo nombramos.
Sino porque realmente, la manera de ver las cosas que él tiene, y tuvo Sabino, me hicieron dar cuenta de el dolor que uno puede tener adentro por negar algo.
Lloré hasta cansarme porque me di cuenta que tengo ese dolor... Porque tengo esa negación.
Ellos hablaban más bien de "esa persona que ya no está, y queremos que esté".
Y yo voy a algo más simple... A negarnos a nosotros mismos algo. Lo que sea, por más pequeño que sea.

Así es como aprendo una vez más de ese tipo y digo: sí, me gusta ocupar mi tiempo quejandome de "por qué carajo tiene que ser aquella persona así?". Y hasta me gusta reirme de eso. Reirme de mi, y de lo que suponen, hacen conmigo.
De que aquél "juegue" y de que se considere que yo "juego".
Me gusta poder ser un peón en la vida de cualquiera, y que cualquiera sienta que me mueve de un casillero al otro sin mi consentimiento.
Y me gusta poder decir basta. Poder ponerle un límite.
No a la persona, sino... Patear el tablero.

Siempre, aunque lo neguemos, nos topamos con alguien que nos usa. Que juega con nosotros. Que nos toma como estrategias.
¿Qué mejor que aceptarlo así?.
Al fin y al cabo, que otro juegue con nosotros, nos da también la pauta de poder jugar.

Y Peña, cuando terminó el capitulo le preguntó a cada uno de su equipo a quién les gustaría tener, que no esté...
Todos nombraron a algún integrante de la familia... Y él contestó:

¿Y a mi quién me gustaría que esté y no está?.
Yo mismo... Que no estoy nunca.

Se necesita demasiado para ausentarnos de nuestra vida, aún estando presentes.
Mientras estemos... Hagamos lo que se nos ocurra... Y dejemos al otro hacer lo que se le ocurra con nosotros. Quizás esa sea la única forma de llegarle.

Lo importante no es dejar al otro "No hacer lo que quiera con nosotros". Lo importante es que nosotros sepamos lo que somos...
Cuando realmente sabemos nuestro significado, cuando realmente nos conocemos, es cuando podemos irnos y volver...
Es cuando nos pueden tomar, desarmarnos, dejarnos donde sea y no hacer que tengamos la sensación de estar "perdidos".

Cuando uno sabe donde está... No se pierde nunca.



Tuve Que Dejar Que Ella Me Invada... Sólo Por Sentirme Un Poco Más Feliz...
La Cosa Rock

No hay comentarios:

Publicar un comentario