Es una época poco clara...
Un lugar en donde el aire está espeso...
Donde el fluido que forma la atmósfera de la Tierra lo podés tocar con las manos y percibirlo.
En donde ni siquiera la oscuridad es clara.
En donde no ves, pero tampoco querés mirar.
Ese lugar en donde más de uno estuvo, más de una vez en su vida... Pero que cuando salió, sentía, estaba tan seguro, y hasta se convencía de que no iba a regresar.
Un lugar en donde las palabras se hacen demasiado chicas y las definiciones no alcanzan.
En donde todo nos es familiar... En donde nos sentimos como en casa, pero a su vez, muchísimo más incómodos que en ella.
Un lugar en donde queremos estar, porque sin duda alguna, buscamos estar ahí... Pero cuando nos adentramos, no vemos una salida clara.
En donde nos ahogan las lágrimas que no largamos.
En donde se nos hace un nudo en la garganta...
En donde se nos acalambra el cuerpo.
En donde hasta respirar, duele.
Un lugar que sabemos, está... Pero también suponemos, estamos demasiado maduros como para volver a ir.
Donde a veces pasamos por la puerta, espiamos... Vemos de reojo... Y con una sonrisa seguimos de largo. Para, al siguiente paso, sentir que estamos inmunes.
Un lugar que miramos a la distancia, con cierto aire de grandeza y decimos: pensar que estuve ahí... ¿Cómo pude?.-
Un lugar que nos da asco... Rechazo... Pero que cuando estamos familiarizados, nos hace sentir falsamente aliviados.
Un lugar en donde las sensaciones no suelen ser buenas... Y las decisiones, quizás se conviertan en las más crudas de nuestras vidas.
Un lugar que en realidad es un rincón... El rincón más grande al que hayamos ido jamás.
Un rincón que si me preguntaran en dónde queda, no me alcanzaría la vida para decir en cuántos lugares está.
Son muchos rincones...
Muchos lugares...
Y cada lugar, lleva nuestro nombre.
Y cada rincón, se encuentra adentro de nosotros.
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