· Me enamoré ·

De un tiempo a esta parte no soy partidaria de escribir en estos medios "públicos" acerca de mis sentimientos. Pero, es mi espacio, ¿A dónde más podría hacerlo?.

Hace rato tengo ganas de escribirle algo al hombre con el que me despierto todas las mañanas...
A vos, gordo.

Creo que no podría ser más feliz.
Desde que me separé del padre de mi hijo, dejé de vivir sobre una nube de "sueños y fantasías". De ver todo rosa, y de creer en los "para siempre".
Desde que me separé del padre de Ciro cerré todas las puertas. Me cerré.
Y me volví a engañar, pensando que podría volver a sentir algo más.
Me mentí y empecé a desperdigar cariño por todas partes, ansiando un poco de amor.
Y te conocí. Más de lo que ya te estaba conociendo.
Me negé, por todos los medios posibles el hecho de poder estar enamorada de vos.
Usé, dejé que me usaran, con el único fin de no volver a meterme de nuevo en esa rueda que no deja de girar y se alimenta todo el tiempo de... Quién sabe qué cosas.
Y te seguí conociendo. Más de lo que te venía conociendo.
Discutimos, nos reimos. Fuimos infieles a quienes nos relagaron infidelidad. Y a los que no, también.
Nos escondimos del mundo sin darnos cuenta que para el mundo era obvio que nos escondiamos.
Y te seguí conociendo... Más de lo que ya te había conocido.
Me escuchaste cantar, me dijiste que te gustaba pero que mi inglés dejaba mucho que desear.
Me leiste, me miraste, me mimaste, me quisiste. Me cuidaste, me abrazaste. Me besaste, me advertiste. Me acariciaste, me cantaste.
Me sufriste y yo no me dejé hacerlo por vos.
Me deseaste más que cualquiera. Me esperaste más que ninguno.
Me llamaste, me gritaste. Me lloraste, y ahí sí... También te lloré.
Por no atreverme a ir atrás de un "ideal" de una "utopía" te dejé pasar mil veces. Por miedo a inventar algo nuevo con vos y se termine.
Conocimos personas juntas, y juntos nos reimos de todos empezando por reirnos de nosotros.
No dejaste de ser mi cómplice. Y me dejaste ser la tuya.
Y te conocí, más de lo que ya te había conocido.
Me enseñaste que "politica" es todo, incluyendo ésto. Que Peron había hecho un montón de cosas buenas habiendo tenido que hacer un par de cosas malas.
Que Néstor se tuvo que aliar con algunas pestes para ir atrás de un ideal limpio.
Aprendí que algunas cosas son "piedra" pero que jamás podiamos tener mala suerte. Apesar de todo.
Me aceptaste y te acepté.

Y llegó el momento menos esperado pero más deseado, sin duda. Y llegó ella. Con su cara altamente inexpresiva. Con esos ojos que nadie sabe de qué colores son pero que te llenan la cara de sonrisas cuando te mira.
Que te derrite con un puchero y que con una carcajada te traslada al lugar más hermoso.
Y la tuvimos que esperar. A que naciera. A que le sacaran un cable... Dos cables.
A que la sacaran de su "camita especial".
Tuvimos que esperar a que se tomara toda la leche para que le sacaran la sonda.
Esperar a que suba de peso... Esperar a que todos sus estudios dieran bien.
Esperar a que nos dijeran "Chau, tomensela de acá".
Esperar las 3 horas para que coma. Esperar en las noches eternas para volver a verla a las 00.00. A las 03.00. A las 09.00.
Esperar... Esperar...
Esperar a que Ciro transitara "la angustia de su hermanita" de la mejor manera posible.
Esperar a que él se portara bien en la escuela.
Y esperar... Esperar.

Y ¿Hoy qué esperamos?. Yo espero que vuelvas del trabajo todos los días.
Espero encontrar uno y que juntos podamos ir a vivir nuestro clan a otra parte.
Y no podría ser más feliz.
Soy feliz porque te tengo. Porque no dejo de conocerte, descubrirte, como dijiste el otro día.
De mirarte y finalmente poder decir sin miedo "Estoy enamorada".
Soy feliz porque me hacés enojar. "Me hacés enojar". No. Porque me enojo con vos.
Soy feliz porque te celo. Soy feliz porque te reis de mi.
Soy feliz porque te indignas cuando no entiendo un chiste o cuando no sé que Silvio Rodriguez es Cubano.
Soy feliz porque encontré felicidad. Después de tanta mentira. De cerrar tantas puertas.
De esperar y esperar.
Soy feliz de que seas vos quien camine conmigo por el mismo camino, junto a mis hijos.
Feliz de que seas racional. Pasional. Pensante. Inteligente. Hermoso. "Politico". Militante.
Porque no tenés todo lo que me gusta y me molesta de una persona. Sino que lo que tenés, me gusta, y si no me gusta, lo acepto.
Feliz de que no seas terminante. De que tengas la cabeza tan clara, y que cuando se oscurece poder darle algo de luz.
Feliz de no creer en un "para siempre" pero saber que no hay nada que nos separe.
Feliz de poder amarte... Y dejar que me ames tanto.

Estar con vos el otro día ahí, en esa multitud, me colmó.
Me hizo dar cuenta de que quiero eso. Para mi vida. Para mis hijos.
Codearme y dejarte codear con gente que tenga los mismos ideales que nosotros.
Que no se fije en su bolsillo para decir "Puta... Sí que estamos mejor".
Saber que tenés convicciones y que se las vas a trasladar a nuestros hijos es algo que me colma.

Na. Gordo. Amor. Me enamoré.
Te dejo una canción que me gustó, del cubano ese:

Como la muerte anda en secreto
y no se sabe qué mañana,
yo voy a hacer mi testamento,
a repartir lo que me falta
pues lo que tuve ya está hecho,
ya está abrigado, ya está en casa.
Yo voy a hacer mi testamento
para cerrar cuentas soñadas.

Le debo una canción a la sonrisa,
a la sonrisa de manantial, esa que salta:
le debo una canción a toda prisa
para que quede que estuvo cerca, agazapada.

Le debo una canción a lo que supe,
a lo que supe y no pudo ser más que silencio:
le debo una canción, una que ocupe
la cantidad de mordazamor de un juramento.

Le debo una canción a los pecados,
a los pecados que no gasté, los que no pude:
le debo una canción, no como hermano,
sólo de sal que el delectador también alude.

Le debo una canción a la mentira,
a la mentira pequeña, frágil, casi salva:
le debo una canción endurecida,
una canción asesina, bruta, sanguinaria.

Le debo una canción al oportuno,
al oportuno mutilador de cuanta ala:
le debo una canción de tono oscuro
que lo encadene a vagar su eterna madrugada.

Le debo una canción a las fronteras,
a las fronteras humanas, no a las del misterio:
les debo una canción tan poco nueva
como la voz más elemental de los colegios.

Le debo una canción a una bala,
a un proyectil que debió esperarme en una selva:
le debo una canción desesperada,
desesperada por no poder llegar a verla.

Le debo una canción al compañero,
al compañero de riesgos, al de la victoria:
le debo una canción de canto nuevo,
una bandera común que vuele con la historia.

Le debo una canción, una, a la muerte,
una a la muerte voraz que se comerá tanto:
le debo una canción en que hunda el diente
y luego esparza con la explosión fuegos del canto.

Le debo una canción a lo imposible,
a la mujer, a la estrella, al sueño que nos lanza:
le debo una canción indescriptible como una vela inflamada en vientos de esperanza.


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