· Abandonar puede tener justificación; abandonarse, no la tiene jamás. ·

Hay muchísimo de nosotros en nuestro camino, en nuestro presente.
Pero a veces es necesario terminar.

Nuestro verdadero objetivo es conocernos a nosotros mismos. Es por eso que interactuamos con el otro, porque es un modo de entendernos. Es una manera de trabajar nuestra tolerancia.
Sacamos conclusiones, armamos ideas. Nos formamos conceptos.
Logramos hacer cosas que solos, jamás podríamos.

Uno necesita transitar con Seres a su al rededor para evolucionar como persona.

Pero llega un momento en el que debemos entender que nadie tiene su presente asegurado en nuestra realidad.

Entender que muchas veces no depende de nosotros, sino de un proceso evolutivo.

Saber interpretar el verdadero significado de la libertad, y dejar que aquél elija.
Confiar en el criterio del otro y aceptar sus decisiones.
No podemos obligar a nadie a permanecer en nuestra vida.

Como nosotros tenemos un motivo para trasladarnos, también aquél lo tiene.
Es momento de aceptar que todo camino hecho de a dos, puede dividirse.
A veces nos toca el mismo. Otras optar por empezar a caminar sin nuestra compañía.
Y quizá algún día nos reencontremos. O no.

Hay que dejar de lado el miedo a la ausencia. Saber que no existe nada peor que ausentarnos a nosotros mismos.
Saber que hay cosas que no podemos dominar.

Buscar nuestro verdadero objetivo comprendiendo que no todos lo tienen.
Aceptar nuestras diferencias. Respetar.
Saber que si muchas veces el otro se aparta, no es porque quiere, sino porque no puede seguir.

Aprender de la soledad.
Aprender de cada uno de los Seres que pasen por nuestra realidad.
Aprender que nuestra realidad es eso justamente, nuestra.
Saber que si alguien vino, si alguien entró, también puede irse, también puede salir.


Buscar la unión entre el cielo y el mar.
Aquello más lejano, y ésto más próximo.
Encontrar un equilibrio y transitar.

Sin miedos, sin prejuicios.
Valorando una y cada de las cosas que se nos crucen.
Aprender de lo más simple. Comprender hasta lo más complejo.
Disfrutar tanto de una flor, como de una persona.
E intentar trazar un paralelismo entre la naturaleza y la gente sin olvidarnos que la naturaleza es cien veces más sábia.



No tenía miedo a las dificultades:
lo que la asustaba era la obligación de tener que escoger un camino.

Escoger un camino significaba abandonar otros.
Paulo Coelho

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